miércoles, abril 29, 2009

El docente como traductor

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Publicado en agosto de 2007

La pregunta ¿Qué tienen en común el aprendizaje de una lengua extranjera y la enseñanza de ciencias, matemática, el manejo de la computadora? Me trae a una cuestión que he discutido mucho con compañeros docentes.
No sé si mi teoría es muy disparatada, o si ya se han escrito volúmenes sobre esto, pero creo que tanto la enseñanza de la matemática y la computación deberían abordarse como se aborda la enseñanza de una lengua extranjera.

¿Qué son, si no "lenguas extrajeras" a la vida cotidiana? Es más natural que enseñemos computación como una lengua extrajera, ya que, de hecho, estamos enseñando un nuevo vocabulario, o dándole otro sentido a un vocabulario conocido.
Pero, ¿qué pasa con la matemática?
Asumimos que los alumnos están capacitados "naturalmente" para comprender el proceso de resolución de una suma algebraica, un binomio, o el algoritmo de la división, y nos asombramos cuando los chicos fracasan. No niego que habrá algunos para quienes el lenguaje matemático se dé con facilidad, ¡pero para otros es chino! Lo digo con conocimiento de causa, ya que fui una analfabeta matemática durante todos los años de la escuela. Resolvía los ejercicios con gran esfuerzo, aprendiendo de memoria fórmulas y algoritmos. Y recién empecé a entender su lógica a los 30 años, cuando aprendí a programar. ¿Por qué? Porque la abordé desde el ángulo de "una nueva lengua", abstracta, lejana a mi lenguaje cotidiano.
El cuidado que ponemos quienes enseñamos lenguas extranjeras en relacionar lo nuevo con lo sabido es lo que ayuda los alumnos a comprender esta nueva lengua. ¿Qué pasaría si, desde el vamos, enseñáramos matemáticas de este modo, como un lenguaje "no natural"?
Pasando a una segunda pregunta ¿Qué nos demuestra la falta de comprensión en el análisis de texto y la escasa capacidad de los alumnos para poder expresarse con propiedad? Creo que el problema es el mismo. Asumimos que los chicos pueden relacionar naturalmente lo que leen con el mundo que conocen, sin pensar que les faltan "los conectores" que nosotros traemos a lo largo de años de lectura y de vida.
Tal vez, aquí la tarea docente debería ser la de "traductor" de realidades ajenas a realidades cotidianas para ellos. Pongo un ejemplo. Si en lugar de mandarlos al diccionario a buscar qué significa "mecenas" (o dar por sentado que comprenderán el concepto) les dijéramos que eran "sponsors", habríamos acercado un término de la historia a su cotidianeidad. O si en lugar de decirles "dividir" dijéramos "repartir entre"...
¿Será que la tarea del/a docente no es más que la tarea de traductor/a? ¿Ser el o la lenguaraz que les traduce el conocimiento "libresco" a una realidad que puedan aprehender?
Como digo antes, esto puede sonar disparatado, pero es mi experiencia, más allá de referirnos a "anclaje" o "zona de desarrollo próximo"

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