martes, mayo 26, 2009

La forma es también contenido



La semana pasada el PENT (Proyecto nuevas tecnologías y educación) de la FLACSO 
publicó un documento de 2008 en el que se intentó abarcar el panorama actual de las TIC y la educación, al tiempo que se trazaron los objetivos principales del posgrado.
Como en un juego de espejos (no en vano vengo de esa casa de estudios) encuentro que mucho de lo que allí se postula lo he hecho mío en los cursos que diseño y facilito.
Va abajo aquello con lo que más me identifico. La nota completa en el sitio del PENT aquí




Una de las principales inquietudes actuales del equipo del PENT, es la construcción del modelo de educación en línea, a través del cual se cursa el posgrado, ya que en nuestro caso específico, la forma es también, de alguna manera, contenido. Es decir que consideramos tan importante los contenidos como la forma en que los presentamos y proponemos las interacciones constructivas entre alumnos, docentes, especialistas, materiales, plataformas, etc.


En tanto el paulatino desarrollo de la Web, como un espacio de interacción entre personas, permite superar la idea de Internet como un repositorio de información, ha permitido generar el concepto de pedagogía en línea, como un modelo pedagógico-didáctico que apunte al intercambio en línea y a la generación de vínculos reales entre los participantes, a la interacción concreta con el contenido, especialistas y tutores, conformando de esta manera una red donde la tecnología se integra como un elemento más en el conjunto de recursos utilizados. De esta forma, es posible pensar en un escenario en el que se rompa con una tendencia establecida, cual es la dicotomía entre la presencialidad y la distancia. Desde sus orígenes, en la era industrial moderna, la educación a distancia cobró existencia y se definió por la negativa (lo que no es educación presencial). Las diversas propuestas de Educación a Distancia sucedidas históricamente utilizan los medios tecnológicos disponibles en cada época para intentar reconstruir de manera artificial las formas y procesos en que se concebían los procesos de enseñanza. La distinción entre ambas es clara y terminante: la educación a distancia, comprende el conjunto de experiencias educativas, en la que la díada educador-educando se encuentra separada por coordenadas espaciotemporales. La “distancia” es el elemento central y definitorio, lo que la distingue cualitativamente de la educación presencial. La distancia hace referencia a la separación educador-educando pero, al mismo tiempo, el educando se encuentra alejado de sus compañeros de estudio (si es que los tiene) y de los recursos de aprendizaje.Es posible afirmar que, históricamente, el uso de la tecnología en las propuestas de educación a distancia se focalizó en emular las condiciones de aprendizaje presencial, lo que la convirtió en una educación "de segunda".

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El papel de la tecnología a partir de ese momento quedó designado a encontrar los medios más eficaces para emular las situaciones de enseñanza y aprendizaje que se deba en las situaciones presenciales. Luego el cine, la radio y posteriormente la televisión siguieron alimentando la fantasía de omnipresencia de la voz del profesor potenciada, reproducida y distribuida por las tecnologías. La “distancia” (de la educación a distancia) desde esta perspectiva, se entiende como un elemento negativo, como un “espacio vacío”, que debe ser llenado a través del uso de la tecnología. Grosso modo en tanto más refinada, interactiva y dialogal fuera la tecnología utilizada, el espacio entre profesor y alumno tendería a reducirse, y así la brecha entre educación presencial y educación a distancia se modulaba.

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La tecnología, por tanto, ya no es una herramienta que permite zanjar una distancia sino que es el escenario mismo de escenificación de los intercambios significativos. El entrecruzamiento de estas teorías con las facilidades de interacción desarrolladas en la web, permite concebir un uso de la tecnología no centrado en “acortar las distancias” (llenar el vacío de la educación a distancia) sino que proponen un nuevo escenario: un entorno de enseñanza, una nueva dimensión que permita el desarrollo de los procesos de construcción del conocimiento a través de la interacción entre pares, con las fuentes de información, además del papel de los materiales y los profesores, tutores, expertos, etc. De esta forma, el uso de la tecnología no pretende reemplazar ni emular los procesos de educación tradicional centrados en la transmisión de información sino que pretende crear nuevos espacios (entornos) para fomentar los procesos de comunicación y construcción del aprendizaje. En estos entornos de aprendizaje profesor y alumnos desempeñan roles diferentes a los tradicionalmente asignados y, eventualmente, modifican también los modos de interacción presencial a la luz de las nuevas alternativas. La construcción de los entornos de aprendizaje en línea se proponen como espacios alternativos para la construcción del conocimiento que pueden ser utilizados tanto para concebir procesos de educación a distancia, como también para emplearse en procesos presenciales. Se rompe de esta manera la dicotomía educación presencial/educación a distancia, ya que los entornos en línea se ofrecen como espacios paralelos a ambas modalidades.

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